Los tiempos mezquinos de Eduardo Mosches
(Versodestierro, Ciudad de Mxico, 2022)
Gran parte de mis recuerdos de infancia y adolescencia son en la
escucha, a veces atenta, otras no tanto (hay que ser sincera), de
presentaciones de libros, revistas literarias, charlas con Eduardo
Mosches, organizadas por l y en dilogo con cualquier tipo de
personas, lenguajes, territorios y generaciones. Mi primera
publicacin fue en el nmero 127 de la legendaria y entraable revista
Blanco Mvil de la que Eduardo es fundador,
director y editor, en un momento en que escriba casi para escaparme
un rato de la aburrida y desvelada monotona del trabajo.
Fue ese nmero, Desde el Insomnio, el que me confirm que poda
escribir y puede que la razn por la que decid estudiar Creacin
Literaria. Estas formas de Eduardo de abrazar a sus amigas y amigos
jvenes y de hacernos sentir parte de un mundo que, a veces, parece
tan imposible de tocar, ha sido una escuela de vida, un hogar, sin
fronteras y lleno de compromiso.
Alguien que yo conozco me ense que las calles son de quien las
camina y que las fronteras son asesinas. Estas frases, tan reales y
tan negadas por los que imponen las fronteras, me acompaaron y me
acompaan a lo largo de Los tiempos mezquinos, como una
especie de mantra o salvavidas para no ahogarme y rendirme ante el
dolor de la memoria y el presente; para no dejarme marcar nicamente
por la frustracin de saber, parafraseando a Eduardo, que hemos
envejecido entre opresores.
Que s, las bombas siguen cayendo sobre territorio palestino, el
ramadn sigue siendo golpeado por las milicias asesinas; el
desplazamiento forzado de pueblos enteros en Chiapas en esta guerra
negada, pero dolorosamente real; que Erdogan y su dictadura militar
utilizan bombas qumicas contra el pueblo kurdo; y que la Unin
Europea se pelea por quin recibir qu barco, sin preocuparse por que
sus costas se hayan convertido en un inmenso cementerio en el que
an ahora, citando a Eduardo, no es extrao que los peces mastiquen
botones de camisas, pero que, a pesar de todo, los pueblos nos
marcan un camino de resistencia ante la podredumbre humana.
X
Las aguas a mitad de la tierra
Tormentas saladas
El azul mezclando sus labios con espuma.
Restos de imgenes de telas fenicias
Una sirena ahogada en canto
Alrededor de un mstil de navo
Alguna red engarzada en corales
los corales deteniendo elefantes
esas batallas perdidas quejndose sin sorna
alumbradas por las cuencas vacas de hroes
que no escribieron libros
ni ciego alguno sobre ellos habl.
Los pescadores pasadas...